El año pasado contaba que en el devenir de los años partía de una posición en el que todo está seguro y firme hasta que algo lo torna y lo cambia por completo. Comentaba que sentía una eclosión y un avance en mi autoconocimiento, en una siembra para recoger frutos.
Puedo decir que esa eclosión del año pasado ha sido un crecimiento a nivel personal en todos los ámbitos de mi vida. Un año de mejora continua, de estar muy cansado pero a la vez satisfecho por el esfuerzo realizado, sintiendo que lo hago tiene un sentido y ese sentido se engloba en un camino hacia delante, claro y no exento de problemas, pero firme en su pisada.
Decía el año pasado:
Al 2024 sólo le pido la mitad de lo bueno que ha sido 2023
YO EN PLAN OPTIMISTA
Y realmente se ha cumplido. Tengo la querencia de pensar que los años pares son peores que los años impares. Sea lo que venga, creo estar en una posición de soportar lo que el año me traiga.
Este ha sido mi resumen:
- ENERO
Tengo la firmeza de pensar que Enero siempre es un mal mes al sentir que la dopamina de las navidades nos hace estragos. Este mes me sentí muy querido, por mi pareja, por mis amigos, por mi familia.
Los cuarenta llegaron a mi puerto y se celebraron en pequeña familia, cuando siempre pensé en celebrarlo por todo lo alto. No me importó, porque noté que estaba respaldado y que lo que tenía era más que suficiente. En la comida, nos queda que el huevo frito que comimos fue lo más delicioso que hemos comido en muchos muchos años. Tanto que repetimos en 2025 y sólo hablamos de volver a comerlo.
Seguí progresando en piano y en escritura, dos hobbies que me han acompañado estos dos últimos años para mejorarme y desconectar del trabajo.
Realicé mi primera raquetada de nieve junto a Juan y Patri, donde por fin estrené mis raquetas compradas casi un año antes (cosas de la nieve).
Pasé tiempo con la familia viendo partidos de baloncesto y fútbol y estuve viendo jazz en el Albeitar: Joe Tatton Organ Trio
- FEBRERO
El inicio del mes fue de incertidumbre y de limpiar ideas preconcebidas personales que me cohibían y no me dejaban crecer, anclándome a sucesos del pasado pensando en que los iba a volver a repetir.
Cuando supe/supieron, como desbloquear estos pensamientos, todo fluyó: el mes y el año per sé. Fue el gran punto de inflexión sobre lo que crecí en 2023, buscando firmeza para no desviarme.
Laboralmente, se me encargó el primer proyecto interno con la gestión de SAP para un módulo de mantenimiento, proyecto que iba para terminar en junio y que terminará en enero de 2025.
- MARZO
En este mes, después de cuatro intentos, pude ver por fin a Los Gandules. Luego fue paradójico porque volví a verles en junio en fiestas.
Realicé una raquetada con Ana en Valporquero, disfrutando de un gran día que parecía que iba a ser tremebundo.
La semana santa pasó y cansado de piano, escritura y en vistas que desde abril viajaría de jueves a domingo a Gijón, velé armas para descansar.
- ABRIL
En abril vi la obra de «El traje» con Javier Gutiérrez, en el auditorio. Estuve con mi hermano viendo partidos de baloncesto y realizamos un hito: Abrimos la caja del tiempo una vez pasado los cinco años desde su entierro.
En la caja se notaba el cambio dado cinco años atrás. Los deseos, lo que me quitaba el sueño, mi visión del mundo y del futuro… Sentí cierta nostalgia, cierta vergüenza de cómo lo había hecho, ya que hoy lo plantearía de distinta manera.
Ahora con el paso de los meses, comprendo que es normal y que la propia experiencia de la vida modifica un pensamiento de hace cinco años a hoy. Ahora estoy contento de no verlo de la misma manera, porque indica que he progresado como persona en este tiempo.
Terminamos el mes de abril yendo en el viaje anual, a La Coruña. Fue una visita de disfrutar su gastronomía, conociendo la fábrica de la cervecera Estrella Galicia y disfrutando de buen ambiente en el partido de fútbol.
A partir del 23 de Abril, comencé mis viajes a Gijón que fueron tres meses yendo jueves-domingo a Asturias.
- MAYO
Comencé el mes de mayo invitando a mi pospuesto cumpleaños a mis compañeras de trabajo, que siempre fueron soporte en tiempos oscuros.
Comencé a crear un relato largo después de mucho tiempo. Disfruté su proceso y me vi fluir en su creación, por lo que confirmé que el escribir me aporta también cierta sensación de tranquilidad.
Desde mayo me quedé sólo en el curro de nuevo por la baja de mi compañero y ello conllevó estar cinco meses padeciendo el esfuerzo de llevar un proyecto más el trabajo diario. Si sumamos lo que llevaba a cuestas, esto me hizo entrar en una espiral de sobrevivir. No fui consciente hasta junio, donde los descuidos me hicieron replantearme qué me estaba pasando.
- JUNIO
En junio tenía el concierto de Robe con mi hermano en Ponferrada. Concierto que por desgracia cancelaron a la hora. Fue un mal trago porque le teníamos muchas ganas.
En las fiestas descansamos con un brunch y un spa delicioso.
Aprovechamos e hicimos una visita por la costa occidental de Asturias: Llanes, Cudillero hasta la Playa de las Catedrales ya en Luego.
- JULIO
La vuelta a León trajo consigo dos conciertos de música clásica. Uno de óperas instrumentales en la plaza de la catedral y el otro de Zarzuelas en el auditorio.
Se hicieron rutas de senderismo (ruta de las cascadas). Ana viajó a mediados de julio y yo aproveché para salir en bicicleta cuando durante todo el año por el trabajo, piano y escritura el cuerpo no me lo había pedido.
- AGOSTO
Agosto lo comencé en Málaga. Fuimos a Caminito del Rey a pasar calor a 38ºC y a conocer un poco la vida de Ana en su ciudad.
A la vuelta quedé con el grupo de escritura lo cual fue inspirador ya que compartimos no sólo lecturas sino momentos y emociones que nos habían hecho ser lo que hoy somos.
Seguí poniéndome a tono con la bicicleta para…
- SEPTIEMBRE
El primer día fue la llegada de La Vuelta al puerto de Pajares. Los amigos lo subimos aunque mi estado de forma me hizo quedarme en el último km del Cuitu Negro. Fue un día estupendo empañado por el frio y niebla a última hora.
Con la vuelta de Ana aprovechamos y fuimos a ver Las Médulas, paraje impresionante de la UNESCO que a pesar de tenerlo relativamente pronto, no lo conocía.
- OCTUBRE
Comenzamos viendo a la Orquesta Sinfónica de CyL en el auditorio. En un principio se iba a ver el Concierto de Aranjuez pero por desgracia, cambió el setlist por enfermedad del guitarrista.
Las fiestas de San Froilán nos dejaron los conciertos de Valeria Castro y de Rodrigo Cuevas.
Valeria Castro ha sido una de las revelaciones musicales para mí este año.
Volvimos a ver a Los Gandules y en Botines tuvimos una sesión de Candelight: piano y violín tocando obras a la luz de las velas.
- NOVIEMBRE
Nos fuimos a ver una impro en el auditorio «Corta el cable rojo» en el que despertó un poco la necesidad de volver al humor y a escribir/interpretar piezas de este bagaje. Quedará esto como un propósito el próximo año.
También estuvimos viendo el podcast de «La Ruina» un programa que nos ha dado muchas risas y buenos momentos mientras viajábamos en coche.
Celebramos el cumpleaños de mi amigo Chavi y fue nexo de unión de vernos todos los amigos juntos, cosa que en navidad no ha podido ser.
También volví a ver a Adrián de su viaje anual de China, siendo esto siempre motivo de alegría para compartir y revivir antiguas vivencias.
- DICIEMBRE
Este mes comenzó en Málaga. Viviendo un diciembre de buen tiempo y gran compañía. Se pudo ir a ver un partido del Unicaja Málaga, a pasear por la costa, por Nerja, por el jardín botánico adornado con leds y teatro navideño. Incluso tuvimos una intoxicación alimentario.
Se confirmó que el relato de mayo junto a otro navideño tendrían cabida en un libro que se está dando estas navidades y que tendrá presentación en enero del 25.
Para terminar el año, tuvimos la cena-asesina tradicional que dio inicio a las fiestas navideñas. Momento de tranquilidad con la familia, viendo a algunos amigos y ultimando el proyecto de SAP que comienza el mismo día 2.
El año ha sido más tranquilo que el anterior. Sin viajes extensos porque mi cuerpo ha pedido descanso por la carga laboral + extras de mejorar como persona.
Sin embargo, esto no quiere decir que haya sido peor. He aprendido a vivir más tranquilo, a saborear el hacer desde el interior. Por ello estoy muy contento del año ya que creciendo desde dentro he sentido un crecimiento que siempre será la base para luego mejorar desde fuera. Puntos como la dedicación al piano, a la escritura, a pensar y escribir cada día mi diario estoico, han mejorado mi humor y mi percepción de mi vida, motivándome a no seguir estancado en una rueda de trabajo-casa-trabajo. Incluso ha estado acompañado de una mejora en las inversiones, que de componente psicológico también tiene mucho.
Viviendo así, sé que los golpes pueden venir, pero sé que la fortaleza y mi virtud también permite ser resiliente a lo que me ocurra y eso me hace ser más fuerte que nunca.